El calentamiento global podría provocar que los embalses de Moscú se llenen de “extraterrestres” tóxicos.

La temperatura del agua en los lagos de la capital aumenta año tras año
Un estudio realizado por científicos de la Universidad Estatal Lomonosov de Moscú demostró que la temperatura del agua de los lagos aumenta año tras año, no mucho, pero de forma constante. Por un lado, esto hace que nadar sea más placentero, pero por otro, puede provocar graves problemas ambientales.

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Los investigadores observaron el estado de los lagos Kosinsky (distrito Kosino-Ukhtomsky del Distrito Administrativo Oriental): Blanco, Negro y Sagrado. La estación biológica se fundó en Kosinskoye Trekhozerye en 1904, pero solo existió hasta febrero de 1941. Sin embargo, el interés de los científicos universitarios por los lagos continúa hasta la fecha.
Las observaciones realizadas durante las últimas décadas han demostrado que, desde la década de 1980, la duración de la capa de hielo en los lagos ha disminuido en un promedio de 18 a 20 días. Esto se debe a que cada 10 años la temperatura del agua aumenta entre 0,2 y 0,3 grados Celsius.
Como explicó a MK Maria Tereshina, investigadora del Departamento de Hidrología Terrestre de la Facultad de Geografía de la Universidad Estatal Lomonosov de Moscú, este cambio no es en absoluto inocuo. El calentamiento global contribuye a la colonización de masas de agua por especies exóticas, representantes de la flora y la fauna ajenas a nuestra región. Entre ellas se incluyen microorganismos, algas grandes y crustáceos microscópicos. La reducción de la capa de hielo y el fuerte calentamiento del agua (a veces de hasta 30 grados) durante los meses cálidos contribuyen a la proliferación. La aparición de biomasa verde en la superficie de un embalse no solo es un fenómeno desagradable, sino que a veces también es perjudicial para los bañistas. Ciertos tipos de flora acuática emiten toxinas que pueden ser perjudiciales incluso para los humanos.
La experiencia demuestra que a menudo las especies "exóticas" desplazan a las endémicas (animales y plantas locales). Por cierto, en su momento se produjo una situación similar en el Mar Negro, donde los voraces moluscos rapana desplazaron a un gran número de especies locales. Anteriormente, vivían en nuestra costa del Pacífico. Cómo llegaron al Mar Negro es un misterio. Si el calentamiento continúa al mismo ritmo, no se puede descartar que ocurra algo similar aquí. Es cierto que no serán las rapanas, que aman el agua salada, sino otra especie la que se asentará allí.
mk.ru